Estoy harto
Muy harto, de que me cacheen en el aeropuerto. La última vez hace dos días volviendo de Barcelona. Me hicieron abrir la maleta y sacar todo de mis bolsillos. Absolutamente todo. A partir de ahora pienso llevar klyneex usados y calzoncillos sin lavar en meses, a ver si por lo menos me río. Porque la cosa va a más. Dos guardias civiles cacheándote, toqueteándote, con los brazos en alto como un delincuente, mientras la máquina le pita a un abuelete que va en gabardina y le dicen que no se preocupe, que puede pasar sin problemas. No importa si lleva una escopeta de cañones recortados metida en el culo.
Les comenté si el motivo del cacheo eran mis melenas, mis pintas de grunge trasnochado, y la cosa les hizo poca gracia. Sentí la amenaza de acabar en un cuarto oscuro, de perder el avión inexorablemente sumergido en un diálogo para besugos, y decidí apretar los dientes y reírme por dentro (por no llorar). Me tocó la china . La próxima vez más y mejor, seguro. No se pierdan el espectáculo. Si alguien quiere colar dos toneladas de cocaína, que cruce la barrera después de mi, que despisto a los agentes sin problemas. Vamos a medias.